miércoles, 19 de junio de 2013

Diario 9

He estado recluido en mi nave, para reorganizar lo que he ido consiguiendo de los humanos. He visitado la mayor afluencia que conozco de humanos, la nave subterránea de la que ya os hablé y he descubierto que hay hembras a las que le ceden los asientos, al parecer, porque son más grandes que los demás, puede que porque hayan ingerido más alimentos, o por miedo al canibalismo, aún no he indagado lo suficiente en sus costumbres alimenticias. Lo dicho, que parece que por miedo a ser ingeridos, los humanos dejan a estas hembras recostarse en los asientos de los que dispone la nave subterránea.

Seguiré informando.

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